La posición bípeda
Hay temas que a menudo pasan desapercibidos ante nuestra conciencia, hasta que los sentimos; a veces de manera muy intensa.
Uno de estos, es la posición bípeda. El aparentemente simple hecho de estar erguidos en dos soportes -las piernas o extremidades inferiores-, es un acto tan natural que ni siquiera pensamos la implicancia que ha tenido esta posición en el cuerpo del ser humano.
Muchas personas y sobre todo mujeres -producto de los embarazos- sienten molestias y dolores en la espalda. Estos se localizan a lo largo de toda la espina dorsal. La lista de problemas y patologías es extensa, tanto como lo es la columna vertebral.
La posición bípeda es una maravillosa conquista de la especie humana, no obstante una lucha continúa por mantenerla.
El cambio dramático que supuso el tránsito de animal vertebrado cuadrúpedo, a la bipedestación, es radical. El esfuerzo humano que implica erguirse sobre dos extremidades, elevando la espina dorsal desde la horizontalidad a la verticalidad, significa un desafío enorme a la fuerza de gravedad, y un gran problema de equilibrio a resolver. Sin embargo la liberación de las extremidades superiores del trabajo locomotor, ha dado origen a funciones y quehaceres que son exclusivamente humanos, posibilitando el desarrollo y el avance de la especie.
La marcha del ser humano es de una complejidad asombrosa. De hecho nacemos sin capacidad para mantenernos de pie. Sólo mediante el sucesivo ensayo de los primeros años de vida, es que logramos que la información entre las extremidades y el cerebro sean lo suficientemente veloz, para que el caminar nos resulte un acto normal.
La caminata o marcha, es un desplazamiento producido a partir del cambio del peso del cuerpo de un soporte al otro; que por ser llevado a cabo en sólo dos extremidades, el individuo enfrenta un continuo desafío a su equilibrio.
Una integración de tres sistemas sensoriales diferentes, hacen posible este milagro: el oído, el aparato propioceptivo, y la vista.
Tres conductos semi circulares -que contienen endolinfa- ubicados en tres dimensiones en el oído interno, son los responsables de informar acerca de la posición y los cambios de dirección de la cabeza.
Los sensores propioceptivos[1] ubicados en los músculos y tendones, informan de la longitud, del grado de tensión muscular, y de estimulación mecánica a que se someten los músculos. Indicando el estado y la posición en que se encuentran las extremidades y el tronco, sin necesidad de mirarse.
En un lugar oscuro sabemos perfectamente en qué posición se encuentran nuestros brazos, piernas, y cabeza.
La información recibida se procesa en el cerebro, y es la que permite hacer los ajustes necesarios -literalmente- paso a paso, para mantenerse en bipedestación, y generar la locomoción con todas sus posibilidades: la carrera, el salto, los giros etc.
El sentido de la vista, que al erectarse el Homo sapiens le significa elevar la mirada horizontal y otear mejor, nos entrega la línea del horizonte como referencia.
Esta información colabora activamente en el manejo espacial tridimensional, que debe hacer el individuo para mantenerse de pie y no caer.
Si cerramos los ojos, es fácil vivenciar cómo el equilibrio se apoya en la visión.
Las personas que por enfermedad u otra razón experimentan perdida del equilibro, coinciden en sus relatos que les produce una sensación de muerte.
Una de los grandes logros del Homo sapiens es la posición bípeda conjuntamente con la liberación de las manos; no obstante la mayoría de los problemas a la columna vertebral, se deben a una mala adaptación a la posición bípeda. De esto se desprende la importancia de la reeducación postural y la búsqueda del eje, alineando la espina dorsal y las curvaturas que le son propias.
Marisol Hume Eriksson ©
[1] Propiocepción: Es la conciencia y atención sensible de la estructura corporal y de sus movimientos internos, así como de la posición del cuerpo en el espacio. La propiocepción posee un sistema de receptores que son sensores propioceptivos ubicados en las extremidades y en el tronco.
El entrenamiento consciente
El entrenamiento o el movimiento consiente, consiste en estar en el presente con lucidez mental en la acción. Es la actividad pensada que se opone a la automatización del individuo.
Se invita a trabajar las acciones que se emprenden de manera analítica, para alejar el comportamiento mecánico.
Pensar el movimiento es una manera de volverlo inteligente, eliminando la mecanicidad e instalando la actividad consciente. Cuando el movimiento se ejecuta intencionalmente pensado, lo desposeemos del automatismo con que generalmente el individuo se mueve.
Al actuar de este modo la persona se sitúa en una condición rara veces lograda, que es “estar en el aquí y el ahora”. El trabajo consciente exige del individuo un compromiso integral, tanto en la esfera intelectual, emocional, como motriz. Cuando el cuerpo y la mente funcionan con coherencia y unidad se produce la anhelada integración. El resultado es eficacia en la acción, ahorro energético, lucidez, equilibrio y bienestar general.
El concepto del entrenamiento en par
El concepto del entrenamiento en par, es una idea basada en un quehacer físico compartido. Los protagonistas pueden ser de todo tipo: padres e hijos, amigos, gente joven, o adultos, que se interesen por experimentar el entrenamiento en pareja.
El Ejercicio par, es una fusión de energías llevada a cabo en una acción de conjunto. Las actividades de dos personas se unen, en un quehacer de marcada actividad física cuya característica principal es que los integrantes dependen físicamente el uno del otro. Esta interesante propuesta sintetiza de manera original: juego, ejercicio físico, y creatividad, eliminando la brecha generacional. Estimula el movimiento del cuerpo y de la mente, estrecha lazos afectivos, e impulsa la creatividad.
El entrenamiento en par, consiste pues en unir dos acciones individuales para configurar un todo; el único requisito: es que deben estar físicamente entrelazados entre sí. Vale decir no se trata que dos personas se acompañen haciendo ejercicios por cuenta propia.
En el ejercicio par incluimos el término rol, para distinguir el papel que desempeñan cada uno de los integrantes en la construcción de éste. El rol, explica cómo contribuye cada participante en la acción conjunta; en cuanto al aporte de fuerza, flexibilidad, estabilidad, equilibrio, peso, entre otros factores.
Los ejercicios pares a su vez se subdividen en: Ejercicios pares simples (EPS.) y Ejercicios pares compuestos (EPC.)
Ejercicio par simple (EPS.), es aquel donde las acciones de los participantes son iguales, y tienen el mismo rol dentro de la acción conjunta. Por lo que no se hace posible la inversión de roles. Este movimiento puede no obstante diferenciarse en la dirección que toman los participantes al ejecutar el ejercicio; la cual pueden coincidir en la misma dirección, u oponerse, llevando direcciones contrarias.
Ejercicio par compuesto (E.P.C.), es aquel donde las acciones de los participantes son distintas.
y tienen diferentes roles dentro de la acción conjunta.
En los ejercicios pares compuestos encontramos roles diferenciados para cada participante. Lo interesante de esta situación, que como todo rol se puede invertir. Entonces se ejecuta el ejercicio o la postura desde ambos roles.
En este punto es importante aplicar el sentido común, para entender cuáles son los ejercicios que permiten la inversión de roles, y cuáles no. La inversión de roles está determinada por: la diferencia de pesos, y de proporciones que existe entre los participantes; más aún si se trata de un adulto y un niño como es el caso de un padre con su hijo. No obstante el recurso de la modificación salva todo impedimento. A mayor igualdad de peso y/o de proporcipones de los participantes mayor viabilidad de ejecución.
A continuación mostramos algunos ejercicios con personas de distintas edades, practicando el entrenamiento en par.
La bicicleta /Trabajo de piernas y abdominales
EPS: ejercicio par simple,ambos ejercitan la misma acción.
La pelota /Estiramiento de la espalda, trabajo de brazos y hombros encontrándose en sedestación(sentados).
EPS: ejercicio par simple,ambos ejecitan la misma acción
Remando en canoa/ Movimiento de flexión de la espina dorsal encontrándose en sedestación
EPS:ejercicio par simple,ambos ejecitan la misma acción
La moto de agua/ Trabajo de contrapeso y fuerza (izq)
Movimiento de extensión de columna encontrándose decúbito prono (der)
EPC:ejercicio par compuesto, hay dos roles
La carretilla/ Desplazamiento con peso (izq)
Fortalecimientos de brazos, aprender a caminar sobre las extremidades superiores (der)
EPC: ejercicio par compuesto, hay dos roles
El dragón simpático/Movimiento de extensión de columna (arriba)
Fortalecimiento de piernas y brazos (abajo)
EPC: ejercicio par compuesto, hay dos roles
Estiramiento & Contracción
Equilibrio monopedal asistido (izq.)
Trabajo de contracción abdominal (der.)
EPC: ejercicio par compuesto, hay dos roles
La moto de agua II
Movimiento de extensión de la columna vertebral encontrándose:
Decúbito supino (izq.)
De rodillas (der.)
EPC: ejercicio par compuesto, hay dos roles
El arco/ Movimiento de gran extensión de la columna vertebral (izq.)
Soporte y trabajo de piernas (der.)
EPC: ejercicio par compuesto, hay dos roles
El carro de la princesa/Movimiento de tracción y trabajo de piernas (arriba)
Movimiento de extensión encontrándose en la posición decúbito prono. (abajo)
EPC: ejercicio par compuesto, hay dos roles
La creatividad
La creatividad es una función cerebral superior, asociada a la libertad y la flexibilidad del pensar que versa acerca de:
-Crear algo inexistente.
-La resolución de problemas.
-La voluntad de transformar la realidad.
-El acto de inventar cualquier cosa aportando un producto nuevo y original.
La creación se apoya en el conocimiento humano, sin embargo posee la huella individual, el ADN particular y único del individuo creativo. Es iluminada por la intuición, y se concreta con el trabajo.
El pensamiento creativo mira la realidad de un modo distinto; porque la mira con la mirada inteligente y global que se ejerce con tres ojos, y no con dos. Por lo tanto puede ver las cosas y encontrar soluciones de manera nunca antes vistas. El individuo creativo desbloquea el pensamiento y lo libera de prejuicios, desinhibido se deja invadir por la lluvia de ideas.
Creemos en la creatividad inmersa en el quehacer humano, aquella que va más allá de las manifestaciones artísticas; esa que abarca y se hace presente en toda la actividad del individuo.
La creatividad ha permitido a la especie humana no sólo subsistir, sino que avanzar en su desarrollo. La creatividad extrae lo mejor del individuo, impulsándolo a generar respuestas originales y nuevas en su medio, lo lleva solucionar problemas, y a plantear otros nuevos; en definitiva a transformar la realidad, y a concretar sus sueños.
Como Juan Antonio Marina plantea en su libro Teoría de la inteligencia creadora: “lograr que una irrealidad, mañana se vuelva realidad”.
Un individuo creativo enfrenta la vida de manera positiva y le imprime sentido. Conduce su energía sin despilfarros en una dirección determinada. Se completa a sí mismo experimentando alegría y sentido de transcendencia. Y lo más importante desarrolla gran plasticidad neuronal que le mantendrá un cerebro joven y una edad funcional mucho más joven que la edad cronológica que posee.
La persona creativa es una fuente vital de energía, y un ejemplo inspirador para sus semejantes.
Creemos que cada individuo con su aporte creativo contribuye a su auto superación y al avance de la especie humana.
La creatividad es inherente a la naturaleza humana; es una potencia que yace en el interior de nuestra mente, consideramos un deber despertarla para volverla consciente.
Todos los seres humanos en menor o mayor grado somos creativos.
Observemos el accionar de los niños, que es sólo juego, invención, y creación; más por algún motivo después de la infancia, comienza un letargo de la expresión creativa. Paulatinamente nos vamos desconectando de la fuente creativa.
Estimamos urgente la necesidad de re-conexión con esta fuente vital, que es la creatividad. Estimular el aspecto creativo para desarrollar al máximo los diversos potenciales, sólo tiene consecuencias beneficiosas para el individuo, el cual no arriesga nada y es mucho lo que puede ganar.
No obstante primero tenemos que asumirnos como sujetos creativos, y caer en cuenta que la creatividad no es una función mística, ni mágica; sino una característica propia de nuestra naturaleza humana. Un patrimonio que nos pertenece y que obtuvimos del paso del homínido al homo sapiens.
Cuántas veces no hemos escuchado decir “es que yo no soy creativo/a”, quizás porque aquella persona ha mal entendido la creatividad, enmarcándola sólo en el campo de las artes, o pensando que es algo ajeno a su esencia, un don reservado exclusivo para los genios.
Es triste, porque el individuo auto-rotulado de éste modo, no se abre al sentimiento de ser creativo, privándose así de la posibilidad de serlo. Sin saber se ha cerrado las puertas a sí mismo.
Lo que el individuo piensa de sí mismo tiene una importancia radical en el desarrollo de su propio ser. Porque cada etiqueta, cada rúbrica, cada título que se coloca a sí mismo, imprime en su mente una modificación; provocando un fuerte estímulo emocional que maneja su conducta en dirección hacia lo positivo o lo negativo. Llegando a iluminar u oscurecer su camino, facilitando o entorpeciendo el aprendizaje, abriendo o cerrando la consciencia, dando paso o bloqueando el proceso creativo, según sea el caso.
Proyectemos a la luz de la consciencia esta potencia humana y lancémonos a la aventura de ser creativos como cuando éramos niños.
No es complicado, ni debería ser desconocido, sólo se trata de liberar los pensamientos para fluir y destrabarse mentalmente. Avocarse a la investigación de sí mismo, con el objetivo de descubrir cuál es el área, o las áreas, dónde mejor se manifiesta nuestra creatividad, es uno de los primeros pasos a seguir.
Ponerse de cabezas, pararse sobre las manos, gatear, tumbarse en el suelo, rodar, saltar, flexibilizarse, es parte de un proceso físico. Pero tengamos en cuenta que somos una unidad cuerpo-mente, y por lo tanto podemos transferir o conectar la experiencia paralelamente al plano mental.
Qué tal si ponemos de cabeza a la mente y la paramos al revés, si nos tumbamos en el suelo mental y gateamos reencontrándonos con nuestro niño, si rodamos haciendo girar los pensamientos, si saltamos para ascender de nivel en la consciencia, ¿cuál sería el resultado?
Colocándonos en otra postura mental obtenemos una percepción distinta de los cotidianos sucesos de la vida, rompiendo la perspectiva de siempre con que solemos mirar. Entonces podemos ver con otros ojos. Por ejemplo con los ojos prestados de un Picasso y su fragmentación cubista de la realidad, o quizás con la fantasía de un Dalí y sus relojes blandos.
Romper las rutinas mecánicas y colocar al cerebro en una situación sorprendente. Aventurarse a explorar e investigar los acostumbrados territorios que transitamos, tanto en el plano físico como mental. Mirar con la curiosidad como cuando las cosas se miran por primera vez, eso es lo importante y lo que interesa.
Sencillos actos que estimulen al cerebro colocándolo en una situación distinta. El someterse a la inusual experiencia de caminar en reversa (hacia atrás), o de caminar con los ojos cerrados, rompe la mecanicidad de los actos reflejos o reactivos; de manera que con el foco visual cambiado, o desprovistos de visión según sea el caso, el cerebro se ve enfrentado a una situación diferente y debe movilizar nuevos recursos.
La idea es generarse a si mismo posibilidades, cambiar rutinas, romper hábitos. En definitiva jugar a poner a prueba la agilidad, la flexibilidad, y la creatividad de nuestro cerebro. Todo vale para ejercitar diversas funciones, establecer nuevos circuitos que nos otorguen una gran plasticidad neuronal, y de paso entre los múltiples beneficios despertar o desbloquear la creatividad.
De este modo, lo más probable es que se convierta en un inventor de posibilidades, un constante desorganizador y organizador de la realidad, un transformador de su vida, un nutriente para el espíritu de sus hijos y ejemplo contagioso para los demás.
La invitación está abierta, atrevámonos a ser creativos.
Marisol Hume Eriksson©
Biomovimiento ®
Biomovimiento ®
Mi intención con estos artículos es invitar a revalorar el cuerpo humano más allá de las connotaciones estéticas y valoraciones culturales que le han sido impuestas en cada época histórica.
La idea es repensar la significación del cuerpo humano. Un cuerpo humano dónde habita un espíritu humano. Este cuerpo milagro de la vida que es: animal, vegetativa, racional, pensante, emocional y que posee conciencia de sí y visión de trascendencia. Este cuerpo cuya estructura arquitectónica fue creada para la locomoción y prensión y que atesora el misterio que significa ser humano.
El trabajo del cuerpo
Desde muy temprana edad comprendí -de la manera intuitiva que tienen los niños de acceder al conocimiento- que trabajar con el cuerpo por alguna razón era vital. Los juegos de la infancia, desafíos físicos de trepar muros, colgarse de los árboles, o equilibrarse en una barra hechiza; además eran desafíos sicológicos dónde la mente se fortalecía y flexibilizaba día tras día. Sin embargo no teníamos consciencia de esto. No podíamos ni siquiera imaginar de qué manera potenciaban la fuerza de voluntad, fortalecían la autoestima, agudizaban los sentidos -despertando la conciencia corporal-, y ayudaban al equilibrio emocional.
Era sólo jugar, lanzarse guarda abajo de un columpio en pleno vuelo, saltar la cuerda a velocidades increíbles en avances y retrocesos, girar como un trompo cucarro hasta caer al suelo, pararse de cabeza o caminar sobre las manos, escalar cerros y precipicios durante los veranos; en fin un sin número de actividades propias de los niños.
Hicieron florecer en mí, un particular e intenso sentimiento de intimidad y afecto hacia mi cuerpo. Tiempo después entendí que conectaba con mis procesos internos: mis sensaciones cenestésicas, la producción de endorfinas, mis impresiones cinestésicas; y también me enfrentaba a miedos, desequilibrios, caídas y golpes, que al parecer no tenían ninguna importancia.
El profundo bienestar general, la alegría, y la seguridad en sí mismo, era lo que contaba. En aquel tiempo de niños sentíamos que teníamos poderes mágicos. Años más tarde comprendí, que si los tenemos, sólo hay que saber desarrollarlos.
Al utilizar el trabajo consciente del cuerpo como herramienta de autoconocimiento, e instrumento para el cambio, tenemos el poder de la auto transformación; que nos permite como por arte de magia encontrarnos y adueñarnos de nosotros mismos. El trabajo del cuerpo si se ejerce conscientemente es un trampolín para zambullirse en las profundas aguas de la psiquis, y comprender la naturaleza propia.
Si reboto mecánicamente como una pelota rebota, no es más que eso, estar rebotando como pelota sin conexión mental. Distinto es, si al rebotar conecto con mi columna vertebral y con mi peso. Consciente del desafío que mi estructura hace a la fuerza de gravedad y del impacto que produce en mis articulaciones, lo aminoro, alineando mi espina dorsal y mis piernas. Distinto es, si el rebote lo utilizo concientemente para fortalecer mi voluntad e incrementarla cada día. Me propongo desafíos nuevos para rebotar más y mejor, descubriendo todas las posibilidades del rebote, e inventando otras.
Entonces sabré porqué lo hago, qué me produce emocionalmente hacerlo, y qué busco al rebotar. El mismo rebote mecánico de pelota, se transforma en un acto pensado. Un rebotar que repercute más allá de los músculos, las articulaciones, los ligamentos, y tendones, conduciéndonos a más de algún descubrimiento acerca de nuestro ser. Quizás saber por primera vez, porqué deseo y necesito rebotar, y cuáles son los gananciales que obtengo tanto a nivel físico, como mental.
El movimiento desde el punto de vista de la física mecánica, es un cuerpo que se desplaza en el espacio y en el tiempo.
Aristóteles define al movimiento como “el paso de la potencia al acto”.
Cuando hablamos de movimiento, nos referimos al movimiento perceptible y también al imperceptible movimiento psíquico-mental. Hablamos del cambio, ese movimiento de trasmutación interna reflejado visiblemente en lo externo.
Sabemos que mente y cuerpo están unidos, o al menos esa es su naturaleza original. Más generalmente existe una especie de autismo entre el cuerpo y la mente, caracterizado por la imposibilidad de establecer contacto y generar un diálogo sensible entre ambos; persistiendo una situación de disociación, y de sordera.
El movimiento físico consciente, permite acceder a estratos muy profundos del Ser. El individuo se reintegra afectivamente desde sus órganos, sus huesos, sus células, recuperando el equilibrio.
Movimiento físico y movimiento mental conllevan al cambio, se avanza del caos al orden, de la ignorancia al saber, de lo inacabado a lo acabado, hasta lograr la transformación.
El movimiento es mi instrumento de investigación, y mi cuerpo es mi laboratorio de experimentación: para el trabajo de autoconocimiento, en los hallazgos cotidianos, en la búsqueda de inspiración, y para completar mi desarrollo inconcluso.